Te asfixias entre nubarrones negros y todo es oscuridad. No te imaginas lo que puede traer la tormenta.
Tiembla la noche cuando zigzaguean los relámpagos. La lluvia arrecia contra los cristales empujada por el viento. Me ovillo bajo las mantas intentando escapar de mis miedos. No sirve de nada. Pero, lucho con todas mis fuerzas para no enloquecer hasta que regresa la calma y me vence el sueño.
Rompes el silencio palpitando tras la puerta. Cuando salgo a tu encuentro, descubro el sol en tu mirada, que inunda de luz mi corazón aletargado. Entonces, en tus labios, comienza la vida.
Fotografía: Luka Khableashvili.
Muy poético Pilar. Muy bonito.
ResponderEliminarBesicos muchos.
¡Muchas gracias, Nani!
EliminarBesos apretados.