sábado, 30 de enero de 2021

TAL VEZ, TÚ...

 

Tal vez, tú

llenes silencios

con palabras,



descubras la calidez

que inunda de luz

miradas en verso,



ese viento que suspira

a través de los labios



ese latido que desnuda

las heridas del alma.





Imagen de Alexey Klen en Pixabay 




ACOMODAS TU CUERPO...

 

Acomodas tu cuerpo

en la maleta

y emprendes el viaje

al centro de su universo.

Cierras los ojos

heridos de oscuridad

ante la luna

y ahogas tu dolor

con lágrimas

a la velocidad de la luz.

Anclas tu piel

en sus labios

y te abandonas

a su ingravidez.








viernes, 29 de enero de 2021

EL INTERCAMBIO

 

He cambiado a mi mujer por uno de esos robots de limpieza. Dicen de ellos que son eficientes, pero este ha ocupado su lugar. Me espera junto a la entrada cuando vuelvo a casa. A veces, roza mis pies con cariño mientras vemos la televisión.

Invade mi intimidad. Me vigila hasta cuando duermo. Pero si intento desconectarlo, me mira a través de su cámara con tanta ternura que no soy capaz. A ver cómo le digo que estoy pensando sustituirlo por otro que, además de barrer, también friega. 



Relato escrito para el Reto 5 líneas del mes de enero de 2021 del blog de Adella Brac

Las palabras son: Entrada / Ellos / Veces.



Imagen de Ferenc Keresi en Pixabay 


jueves, 28 de enero de 2021

WINTER IS COMING

 

No me asusta hablar de muertos vivientes, ni de fantasmas que aparecen, ni de brujas malvadas y, mucho menos, de ogros que comen niños.

Pero hoy no sé lo que me ocurre. No puedo dejar de temblar desde que he descubierto que existe esa tierra maldita, donde los veranos duran décadas, los inviernos pueden durar toda una vida y los problemas acechan donde menos te lo esperas. Allí, la traición, la lujuria, las fuerzas sobrenaturales y las batallas sangrientas acaban por tener consecuencias imprevistas y trascendentales. Por eso, nadie desea despertar. La realidad es su peor pesadilla.

Me parece que ese fue mi error. Tras tragarme las siete temporadas de un tirón, mi tranquilidad se ha transformado en un sinvivir. Desde entonces, no encuentro un lugar lo bastante seguro como para esconderme. Pero necesito desaparecer hasta que me olviden. Todos me buscan sin descanso. Se mueren por volar a horcajadas sobre mí mientras lanzo llamaradas y destruyo a sus enemigos.


(Publicado en la web Microcuento.es)



Imagen de Stefan Keller en Pixabay 


domingo, 24 de enero de 2021

ENTRE LA BRUMA

 

Cursar aquel Bachillerato de letras en horario nocturno fue muy duro. Compaginarlo con el trabajo resultó ser agotador. A duras penas podía cumplir con las lecturas obligatorias. Pero afronté el COU con ganas, sabiendo que me abriría las puertas de la Universidad.

Necesitábamos preparar a conciencia las asignaturas si queríamos superar las pruebas de acceso. Por eso, todas las clases se convirtieron en una carrera contrarreloj, salvo la de «Lengua y Literatura».

Mercedes entró en el aula precedida por una leve brisa con aroma de mar. Cerró la puerta tras sus huellas de salitre y espuma. Se desplazó con suavidad por el entarimado y, sentándose en el borde de la mesa, nos miró con sus ojos aguamarina. Su voz era cálida y dulce mientras leía un poema y la luz de sus palabras nos guio hasta su orilla calma como un faro entre la bruma.

Durante sus clases, cerrábamos las ventanas y abríamos la imaginación. Nos enseñó a percibir el crujir de la madera en un olmo viejo. El aula se llenaba con el aleteo de oscuras golondrinas mientras descubríamos el amor en verso. Fuimos testigos de la pasión de Ana Ozores y luchamos contra gigantes disfrazados de molinos. Pusimos rumbo a ultramar en busca de Penélope entre cantos de sirena. Aprendimos a emocionarnos con las «Nanas de la Cebolla», a valorar a «Los Santos Inocentes» y a cómo amar a un «Poeta en Nueva York» o en «Campos de Castilla».

Ella me llenó el alma de letras, acrecentando mi sed de poesía y de prosa. Desde entonces, jamás he dejado de buscarla en cada historia que leo o escribo. A veces, su faro emerge de la oscuridad y, mientras sigo su estela de luz, mis palabras huelen a mar y dejan huellas de espuma.



Relato con el que participo en el Concurso #MiMejorMaestro de zendalibros.com





sábado, 23 de enero de 2021

CONTIGO...

 

Contigo

no hay frío en la piel

ni en las entrañas,

no hay silencios que hieran

la noche

ni palabras que golpeen

al despertar.

Contigo

hay calidez en verso.


Eres poema

que arropa el alma.







A VECES, BASTA...

 

A veces, basta

con regresar a su abrazo

abrir los ojos del alma

atrapada a un silencio

de distancia

desnudar la noche

aunque duela la piel

hasta abandonar

esa maldita soledad.







LA VIDA ES AZUL...

 

La vida es azul,

a pesar del silencio

que alarga las sombras,

aunque llueva vacío

y gélida soledad.

Ábrete paso

entre las nubes

que paralizan,

abre tu horizonte

más allá del umbral,

tiñe tu destino

de azul mariposa

y aletea sin miedo

a la vida.







lunes, 18 de enero de 2021

¡AL ATAQUE!

 

Sí que se ven a lo lejos humaredas guerreras, señor —confirma el explorador del regimiento a su superior—. Intentan intimidarnos. Deberíamos esperar a los refuerzos. Nos superan en número y no contamos con armas pesadas ni fuerzas de apoyo.

Informan al coronel de inmediato. Este valora que la situación pinta mal, pero sus triunfos en otras batallas dan alas a sus sueños de poder. Cree que una nueva victoria acrecentaría su fama y le sumaría méritos ante los demás. Desoyendo sus consejos, ordena el ataque.

—Tras una carga por sorpresa, se asustarán y huirán en desbandada como ratas —les dice a sus oficiales, aunque desconoce la estrategia empleada por los indios en otras batallas.

Un golpe seco en el pecho lo derriba del caballo. Después, cuando unos dedos aprietan con fuerza su cuello, se rinde y acepta su derrota ante el enemigo.

La próxima vez que jueguen a indios y vaqueros, elegirá el otro bando.



Relato Finalista en el Concurso Gaya Relatos 2020



Imagen de PETE CHACALOS en Pixabay 


sábado, 16 de enero de 2021

CON EL ALMA DESNUDA...

 

Con el alma desnuda

abrigando la piel,

el silencio de mi voz

late con palabras nostalgia

sin respuesta,

al borde del olvido

y el viento esparce

lágrimas con el eco

de un suspiro abrasador.




Imagen de Pana Kutlumpasis en Pixabay 



CON LOS OJOS CERRADOS...

 

Con los ojos cerrados,

aprendí a reconocer tu silencio,

la cadencia de tu respiración

en tus pasos,

a leerte sin palabras,

a descubrir si arde

por mí tu aliento,

a desnudar la oscuridad,

a aletear en tu universo

sin horizonte,


a ser estela en tu mar.








UNA CARICIA DE SOL...

 

Una caricia de sol

cierra tus grietas

como bálsamo de luz,

un silencio de viento

enmudece la piel

estañando tus heridas,

un aroma a nostalgia

impregna tu soledad

con fragancia de ayer.

El paisaje habita

ese abismo insalvable,

ese silencio atronador.








miércoles, 13 de enero de 2021

LA JUSTICIA INTERMINABLE

 

Desconozco si fue mi preocupación por el calentamiento global o mi deseo de erradicar la pobreza lo que me empujó a sumergirme en su lectura. Su portada era solemne y misteriosa. Nada más empezar, quedé atrapado en aquella historia, dejando de ser lector para ser protagonista. Afloró mi corazón de guerrero en cuanto se me brindó la oportunidad de luchar. Aquel mundo, llamado Fantasía, estaba tan enfermo como el real. La falta de equidad provocaba injusticias y la desigualdad se extendía con rapidez engulléndolo todo. Debía detener su avance con urgencia, pero necesitaba hacerlo con las mejores armas. Bebí de las fuentes del derecho, fortalecí mi escudo con el conocimiento de la Jurisprudencia y me armé hasta los dientes con la legislación.

Solo me sentí preparado para el combate cuando logré ser abogado. Desde entonces, lucho por la Justicia con la ley en la mano a lomos de mi dragón.



(Relato Ganador del Voto Popular del mes de enero/21 en el XIII Concurso de Microrrelatos sobre Abogados )

Palabras: Empezar / Oportunidad / Global / Pobreza / Erradicar. 



Imagen de Sabrina Eickhoff en Pixabay 






sábado, 9 de enero de 2021

ROTO EL INFLUJO DE TU PIEL...

 

Roto el influjo de tu piel,

huyo con pasos de hielo

hacia un horizonte de luz.

Atrás, las caricias huecas,

los abrazos vacíos,

tantos silencios por quebrar.

Y borro mis huellas

con palabras de sal.




Imagen de jplenio en Pixabay 



COMO LA MAREA...

 

Como la marea,

habitas mis heridas

con alas de espuma

en líquido atardecer.

Hundes mi soledad

bajo la arena húmeda

de mis pies callados.


Y te vuelves humo

con la desnudez del alba.








UN SUSPIRO DE VIENTO...

 

Un suspiro de viento

mece la madrugada,

crujen los susurros

del viento ante el abismo

y aúlla la luna de dolor.

Nada detiene el llanto

de la noche ni la oquedad

del horizonte desnudo.

Nadie calma los nervios

de las olas ni enmudece

mi palpitar de mar.








jueves, 7 de enero de 2021

TRISTE NAVIDAD

 

Se sentía eufórica. Por fin había finalizado esta Navidad tan diferente. Nunca imaginó pasarla sola, pero las restricciones impuestas por la pandemia y su conciencia la obligaron a tomar esa decisión. Tras los excesos alimenticios llevados a cabo para soportar la ausencia de su familia y la soledad, cometió el error de subirse a la báscula del baño antes de ducharse. Bajó de un salto, desencajada, como si hubiese visto al mismísimo Diablo y jurando en arameo. Cuando recobró el aliento, pensó que aquello podría ser una señal que la vida le mandaba y que no debía ignorar. Tal y como estaban las cosas, tenía que evitar añadir nuevos problemas de salud a los ya existentes. Había oído en algún sitio que la obesidad agravaba los efectos de la COVID-19. Decidió que adelgazar sería su único propósito de Año Nuevo.

Vació de dulces y de comida poco saludable la despensa, la nevera y los armarios. Ocuparon su lugar frutas, verduras, pescado, carne y alimentos no procesados. Aquel día, completó por primera vez una tabla de ejercicios físicos. Tomó una cena muy sana y, luego, se fue a dormir. Una vez en la cama, empezaron los remordimientos. Tanta gente en las colas del hambre y ella había tirado comida. Pensaba que aquello era algo imperdonable. No podía conciliar el sueño.

De madrugada, la policía la encontró en la calle, rebuscando en el contenedor de la basura, en bata y pijama, sin mascarilla ni documentación. Jamás se había sentido tan avergonzada como en aquel momento. Bajo sus pies descalzos, los restos del atracón.



Relato presentado al Concurso #unaNavidaddiferente de zendalibros.com