Permanece agazapado en la oscuridad. Desde el momento en que la habitación se ha llenado de sombras, desconoce quién ha roto el habitual silencio. Presiente que algo va mal, que esta noche no está solo. Le castañetean los dientes y no puede dejar de temblar mientras escucha su respiración. Cuando sus ojos se acostumbran a la penumbra, el terror se apodera de él tras comprobar que no tiene escapatoria. Casi puede notar el calor de su aliento. Sabe que no le queda más remedio que hacerle frente. No puede seguir alimentándolo con su miedo.
Cuando por fin logra armarse de valor, el monstruo se atreve a mirar quién se esconde encima de la cama.
RELATO GANADOR DEL I CERTAMEN SOLIDARIO DE MICRORRELATOS
"EL REBROT DE LA VIDA".
Muy bueno! ¡Felicidades!
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias, Galilea!
EliminarBesos apretados.
Grande, Pilar!!
ResponderEliminarFelicidades,bonita, y que siga la buena racha.
¡Mil gracias, mi preciosa Towanda!
EliminarBesos muy apretados.
Para que luego hablan mal de los pobres monstruos, tan inocentes y asustadizos ellos.
ResponderEliminarFelicidades, Pilar.
Un abrazo
No todos los monstruos están debajo de la cama...
Eliminar¡Mil gracias, Ángel!
Besos muy apretados, amigo.
Pilar, muchísimas felicidades, muy merecido el premio.
ResponderEliminarUn relato genial con un final sorprendente. Como le has contestado a Ángel, no todos los monstruos están debajo de la cama.
Enhorabuena.
Muchos besets al collet.
Nunca sabemos quién nos acecha, ni dónde se esconden. Asustan al miedo...
Eliminar¡Mil gracias, Javier!
Molts besets al collet.
Qué tierno. Me ha gustado mucho. 😍
ResponderEliminarBesosss
Cómo me alegro de que te haya gustado, Nuria.
Eliminar¡Mil gracias por tus palabras!
Besos apretados.