Como cada mañana se preparó para iniciar su jornada laboral. Le costaba cada día más asistir a la oficina y realizar su trabajo. Le faltaba el aire. No podía respirar. Había tomado una decisión. Era su momento...
Guardó el revólver en su bolso. ¡No habría más risas a su paso!
No hay comentarios:
Publicar un comentario