Se
sintió extraña al despertar. Desconocía el motivo, pero algo le había ocurrido
durante la noche. Frente al espejo no vio ningún cambio, tan solo las huellas
moradas de las caricias de su marido durante su enésima discusión. Se acercó un
poco más. Sabía que no estaba loca, Siguió buscando. Lo encontraría. Entonces,
detectó un brillo diferente en su mirada. Observó con mayor detenimiento. ¡Allí
estaba! Descubrió aquel destello salvaje en sus ojos y aquellas imponentes alas
que se desplegaron sobre su espalda.
Lanzó
un grito junto con un suspiro cuando se le escaparon por la nariz hilillos de
humo.
Relato ganador del 2º Premio en el I Maratón de Microrrelatos de Picanya (Valencia)
Genial!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Saramanu, por pasar y dejarme tu comentario.
EliminarBesos apretados.
Muy bueno Pilar. Felicidades.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Me alegro mucho de que te guste, Nani.
EliminarBesos muy apretados.
Pilar, lo primero felicitarte, MUCHÍSIMAS FELICIDADES, muy merecido. Tú relato es fantástico, en todas las definiciones que lo quieras tomar. Con tus magníficas letras nos cuentas la cruda realidad de la violencia de genero y la fuerza que toma esta mujer para salir adelante. Con ese fantástico y genial final de los hilillos de humo, haciéndonos ver ese dragón. Muy bueno y muchísimas felicidades de nuevo.👏👏👏👏👏👏
ResponderEliminarJavier, mil gracias por tus palabras y por tu apoyo constante. Me das fuerzas para seguir creciendo en mi letras y para creer más en lo que escribo.
EliminarBesos muy muy apretados.
Muy bueno, felicidades, Pilar.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias, Rosy!
EliminarBesos apretados.
Felicidades, me ha encantado tu manera de terminar, la fuerza que a todas esas mujeres no debería faltarles.
ResponderEliminarAsun, cómo agradezco tus palabras. Mil gracias por pasar y dejarme tu comentario.
EliminarBesos apretados.