Todo lo que hice fue por amor al arte. Aunque pasaban los años y cambiaban los escenarios, los niños siempre eran mi mejor público. Me conocían por distintos nombres, dependiendo de la cultura y del país en el que estaba. Requerían de mis servicios a cualquier hora del día, pero cuando más me necesitaban era por la noche. Me dediqué a ello en cuerpo y alma. Jamás dejé de acudir a su llamada. Por mi parte recibieron una dedicación exclusiva.
La llegada de otros me ha dejado tan obsoleto que me he visto obligado a retirarme. Ya ninguno teme al Coco.
Relato publicado la III semana de Julio en la web solidaria
Las palabras obligadas, regalo del violinista Jorge Strad @stradjorge
y por este orden son:
Arte - Escenarios - Niños - Público - Cultura.
Un micro genial. No me esperaba que fuese ése el personaje. Me quedo entre tus escritos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sechat, bienvenida a mi rincón de letras. ¡Qué bien que te haya gustado mi micro.
EliminarMil gracias por quedarte entre mis letras. Espero que disfrutes con ellas. Es un placer para mí.
Besos apretados.
Siempre me sorprendes Pilar, hay que tener dosis de ingenio para poder hacerlo con tan pocas palabras.
ResponderEliminarHabía una canción de nana que decía:
Duérmete niño
Duérmete ya
Que viene el coco
Y te comerá
Qué miedo esas nanas ¿verdad?
Tara, ¡cuanto que alegra tu visita! Me alegra saber que te ha gustado mi relato.
Eliminar¡Qué razón tienes! Antes a todos los niños nos asustaba que viniese el Coco. Ahora, los miedos suelen ser mucho más reales y cercanos...
¡Muchas gracias por pasar y dejarme tu comentario!
Besos apretados.