Acabamos de enterarnos de
que el sacerdote tiene un hermano gemelo
que los demás desconocen, y parece ser que está al tanto de todo. No
podemos dejar ningún cabo suelto… si no, de nada nos habrá servido deshacernos
del cura.
Después de tanto esfuerzo
montando el espectáculo de las falsas apariciones, no va a venir ahora a
hundirnos el negocio, dijo el Sr. Alcalde.
-Hacedlo venir esta noche,
con la excusa de que necesitamos su ayuda para hacerle un buen funeral a su
hermano. Solucionaremos el problema discretamente.
Nerviosos le esperaban en
el salón de plenos, cuando sopló un viento frío que cerró la puerta de golpe.
Las luces se apagaron, mientras un humo negro irrespirable se adueñó del aire.
-Hermano, ¡hemos atado
todos los cabos…!
Al verlo reaparecer todos
gritaron ¡Milagro!
(relato presentado en Noviembre-2016 en http://laslecturasdelgato.blogspot.com.es/ )
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