ADIÓS, SAN LORENZO, ADIÓS

Aquel 9 de agosto habíamos quedado a las doce en la plaza de la Catedral, frente al balcón del Ayuntamiento, para ver disparar el Chupinazo que daba comienzo a las fiestas de San Lorenzo, pero no apareciste. 

Las charangas que acompañaban a las Peñas comenzaron a tocar, al tiempo que por megafonía sonaba la música del dance de las Espadas que todos los oscenses identificamos con las fiestas. Imposible encontrarte entre tanta gente abarrotada y con aquel jaleo. 

De pronto, me vi arrastrada por las Peñas que por el Coso se dirigían en cabalgata hasta la basílica para colocar la pañoleta al santo. Cuando pude escabullirme te llamé al móvil. Saltó el buzón de voz. Estaba tan enfadada contigo que te dejé un duro mensaje. 

A la mañana siguiente, seguía sin saber de ti. Volví a la basílica, al baile de los Danzantes. Pensé que no te perderías ese momento tan emocionante, aunque te quedaras sin dormir tras pasar la noche de juerga. Te busqué hasta que finalizaron los distintos dances: Espadas, Palos Viejos, Palos Nuevos, las Cintas y el Degollau. Tampoco hubo suerte durante la procesión, ni en la ofrenda de flores y frutos ni en la despedida al santo. 

Aquello ya me pareció muy preocupante. Te llamé de nuevo. Al tercer tono alguien respondió, pero no eras tú. Habían encontrado, durante una excursión en Monte Perdido, tu mochila abandonada. 

Tras horas de búsqueda, te localizaron herido, justo a tiempo, cuando ya entonabas el tradicional “Adiós, San Lorenzo, adiós”. 

(Relato presentado al IV Concurso de Relatos Cortos "Huesca, un verano de leyendas")

MUDA PROVOCACIÓN

Tras la cortina que los separa, ella tiembla entre sollozos al tener que revivir el miedo, el asco y el dolor que sintió aquel terrible día. 

Cuando le preguntan, sin mostrar arrepentimiento, él responde: 

—Señoría, soy inocente. Ella lo deseaba. Llevaba la falda por encima de la rodilla. 

Relato presentado al IV Certamen de Microrrelatos YK Accesorios

11 de Marzo. PARA GABRIEL

Aunque su nombre era Gabriel, sus padres lo llamaban Pescaito, por lo mucho que le gustaban los peces. Tenía ocho años, pero de mayor soñaba con ser biólogo marino.

En su rostro siempre lucía una sonrisa hasta que hace unos días desapareció. Su ausencia inundó el mundo de peces de colores que nadaban y se multiplicaban por las redes sociales. 

Hoy, llora el océano. No sabe como llenar ese hueco que ha quedado vacío desde que el Pescaito se ha convertido en ángel.

RE-VOLUTION

Re siempre fue una rebelde, reacia a rendirse y a cumplir las reglas, por ello rehusaba seguir, sin rechistar, a las demás notas musicales. Era relumbrosa como un relámpago y resultaba puntual como un reloj. Solía ir muy repeinada y reluciente, pero no vestía muy recatada. Resaltaba sobre las demás notas, todas caían rendidas ante su resplandor. De la escala era la reina.

De repente, su reverberación se resquebrajó cuando cometió el error de enamorarse perdidamente del director. Pero él andaba revoloteando alrededor de una clave de sol, de retorcidas curvas que rezumaban sensualidad. Su rechazo le resecó su corazón de dolor.

Desde entonces se ha vuelto retraída, sin sentido del humor y ha perdido el respeto de sus compañeras al verla retrepada, incapaz de revertir la situación.

Una vez restañadas sus heridas, ha resuelto recuperar su autoestima y resurgir de sus cenizas. Ha revenido en el más absoluto silencio, al romper los barrotes que las retenían en el pentagrama y las ha liberado a todas al grito de 

¡Viva la Revolución!

(Relato escrito para el "V Concurso nacional “Tono Escobedo”de relatos breves" de la editorial Editorial defotolibros)

(Tema del concurso: las 7 notas musicales, yo elegí la nota: RE)

(Este relato ha sido escogido por el jurado para incluirlo en el libro recopilatorio:

 "Las 7 Notas Musicales")

4 DE AGOSTO, SIN TI

Hoy ha sido un día verdaderamente difícil. Mi primer 4 de agosto sin ti. Ya nunca cumplirás los 84 ni soplarás las velas con ilusión infantil. Tampoco compartiremos la tarta contigo ni pediré un deseo en tu lugar, ahora imposible de cumplir. 

Ya no podré decirte cuanto te quiero ni cantarte cumpleaños feliz. No volveré a limpiarte los labios cubiertos de chocolate ni calentaré tus manos con las mías mientras me miras con tus enormes ojos. No volveré a cuidarte con todo el amor que tú me devolvías con creces a mí.

Tan solo puedo quererte y añorarte, sé que estás en la mejor compañía y que, de nuevo, junto a papá, eres completamente feliz. Nada volverá a ser lo mismo cada 4 de agosto. He de aprender a vivir, sin ti.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, MAMÁ!

TIEMPO DE SILENCIO

Su vida se tiñó de blanco y negro aquel día de 1968, como la fotografía que congeló sus miradas enamoradas, en la escalinata frente a la Biblioteca Nacional. Aquella mañana la vida les obligó a separar sus manos llenas de amor. 

Él se marchó llevando en el bolsillo su foto y el tiempo detenido en un reloj. Ella quedó destrozada, con el corazón roto y una nueva vida creciendo en su interior.

Han pasado 50 años por su cuerpo, pero ella sigue reviviendo día tras día aquella mañana, mientras mira la fotografía con el corazón.

Tuvo una hija de la que nació su preciosa nieta, que conoce muy bien su historia tantas veces narrada con amor. Estudiando pasa muchas horas en la Biblioteca Nacional.

Cuando alzó la mirada descubrió unos ojos cansados que miraban una foto, en la que le pareció reconocer a su abuela, dentro de un viejo reloj.

Le explicó quién era ella, devolviéndole la ilusión a su mirada. Lo acompañó poniendo fin a tantos años de desear volver a verla. 

Mientras llama a su puerta emocionado piensa:

“Recordar un buen momento es sentirte feliz de nuevo”

Unidas sus manos, volvió a marcar el tiempo aquel viejo reloj…

(relato presentado al concurso de la Biblioteca Nacional "Historia de un reencuentro" Diciembre /2016)

SIN ÉL

  Como cada mañana me despierto temblando, deseando que él se haya marchado para no volver. Hoy tampoco ha habido suerte… sigue a mi lado durmiendo, apestando a alcohol. 

    Ha olvidado lo ocurrido anoche, sus crueles insultos, sus amenazas constantes con ese cuchillo que guarda bajo la almohada y esos golpes que consiguen anularme como persona y someterme como mujer.

   Mi cuerpo entumecido me pide que no disimule más, que no maquille mis cardenales ni mi vida, que urgentemente busque ayuda llamando al 016.

    Al fin alguien me ha escuchado. Le he contado cómo me siento, lo poco que valgo y que sola no puedo escapar de él. De ese amor que me maltrata, que luego llora diciendo que me ama y me suplica que le perdone después.

     Hoy he sido capaz de denunciarlo ante la policía. Me han ofrecido un lugar de acogida para protegerme mientras la justicia resuelve, para que mis heridas curen y la mujer que fui vuelva a brillar en mi mirada, sin golpes, sin insultos, sin amenazas, sin él.

(Relato presentado al concurso de Editorial Zenda http://www.zendalibros.com/concurso-de-historias-de-superacion/ )

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ESCAPADA

     ¡Por fin era viernes! Llevaba esperando toda la semana que llegara este momento. 

     Esta escapada, a un hotelito rural en la sierra, pintaba muy bien. Necesitaba descansar, respirar aire puro y tranquilidad, alejada del estrés de la gran ciudad.

   Tenía un aspecto encantador, con un aire de antaño y aislado de la civilización. 

     Al entrar en la recepción, un escalofrío recorrió mi espalda erizándome la piel. Algo me hizo sentir miedo…

   Intenté salir de allí para recuperar el aliento, pero mis piernas no se movieron, algo me paralizaba. Grité ¡Socorro, que alguien me ayude!… mi garganta no emitió ningún sonido. Todo era silencio…

     ¿Qué estaba pasando? Cada vez estaba más asustada.

     De repente, el suelo cedió bajo mis pies, caí en la oscuridad más absoluta...

   - ¡Señora, este tren ha finalizado su trayecto. Tiene que bajar en esta estación!

     Desperté desorientada, pero respiré aliviada. Comenzaba mi escapada… 

(Relato presentado al concurso de Editorial Zenda http://www.zendalibros.com/concurso-historias-miedo/ )

PEQUEÑOS DIOSES

Recuerdos de infancia, de sueños de arena y mar. Castillos bajo el sol, rodeados de agua y amigos, con brillos de sal.

Verano inolvidable de playa, de jugar a crear con cubo, rastrillo y paleta, un mundo fantástico a nuestros pies. 

Al atardecer, poder sentir el placer de destruirlo todo y ver como lo devora la marea.

Éramos pequeños dioses.

(relato publicado en Agosto-2016 para el concurso #relatosdeverano de Zenda Libros)