martes, 30 de abril de 2024

INSTRUCCIONES PARA REGRESAR Y NO MORIR EN EL INTENTO

 

Para abandonar tu lugar de descanso sin correr riesgos innecesarios tendrás que tomar algunas precauciones. Siempre es recomendable esperar hasta que anochezca, asegurarte de que no estás cometiendo ninguna locura y que tampoco se trata de un capricho pasajero. Quizá no exista vuelta atrás. Luego, recordar con exactitud su ubicación y comprobar que en tu ausencia no ha sido okupado por extraños. Por eso es absolutamente imprescindible cerrar bien después de salir. De lo contrario, antes de regresar, deberás luchar para recuperarlo o te verás obligado a reposar en tierra de nadie. Aunque lo primero, y lo más importante de todo, es cerciorarte de que estás realmente muerto.


Relato que participa en el Concurso de Instagram "Relato Exprés" de Cultura Inquieta.


Imagen de Ed White en Pixabay



jueves, 25 de abril de 2024

ÉXODO

 

Después del último impacto, Bana se sacude el polvo que cubre su pequeño cuerpo. Mientras lava con sus manos temblorosas la tierra que ciega sus ojos, no deja de tiritar entre lágrimas. Las recientes sacudidas han dañado gravemente su casa. Siente que las detonaciones son cada vez más fuertes y estallan mucho más cerca.

Esta noche teme quedarse dormida. Sabe que, si se produce un nuevo ataque, tal vez no vea otro amanecer. Muerta de miedo, permanece agazapada en un rincón con la cara iluminada por la luz que emite la pantalla del ordenador. Antes de que caiga la próxima bomba, teclea una petición de socorro:

— SOS ¿Hay alguien ahí?

—…

Tras múltiples intentos, tiene suerte. A su llamada responde la solidaridad. En Alepo, su ciudad, ya no queda nada: ni escuelas ni hospitales ni esperanza. Se lo han arrebatado todo, salvo la dignidad y las ganas de vivir. No le han dejado otra salida.

Cuando la seguridad y la salud se vuelven una utopía, emprende con su familia y su dolor un éxodo obligatorio junto a los demás supervivientes. Con los restos de su pasado a cuestas, avanza hacia la incertidumbre de la tierra prometida. Pero al llegar allí, entre alambradas de intolerancia, solo encuentra frío, hambre y miseria sin expectativas de futuro.

A pesar de todo, Bana no se rinde. Sus ojos aún conservan pequeños destellos de luz que le infunden valor para continuar persiguiendo nuevos sueños fugaces.

 

Pilar Alejos Martínez.


Microrrelato incluido en la Antología de Minificciones "Huellas de la Memoria" publicado por  la Revista Brevilla.

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