jueves, 26 de diciembre de 2019

¡SE ARMÓ EL BELÉN!


Aunque mi entrada fue un tanto precipitada, esperaba que se alegrasen al verme llegar antes de tiempo. Pero no fue así. Por sus caras de sorpresa, deduje que les había pillado desprevenidos en Nochebuena mientras preparaban la mesa para cenar. Viendo cómo me miraban, yo no sabía si reír o llorar. Al principio, se asustaron mucho, pero enseguida se arremolinaron a mi alrededor. Cuando lograron tranquilizarse, la confusión dio paso a la alegría y me recibieron con los brazos abiertos. Dejaron de resonar los tradicionales villancicos y apagaron la luz. Los suaves destellos del árbol de Navidad dieron un toque de calidez al momento. Entonces, me arrullaron con una nana.




Relato presentado al concurso #cuentosdeNavidad

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