Tengo dos años menos que Estrella y Luna, mis hermanas gemelas, pero nunca he existido para ellas. Son tan cómplices en todo que han creado su propio mundo, donde yo jamás tendré un lugar.
Cuando aparecen por el jardín, he de conformarme con observarlas desde la distancia mientras ellas cuchichean. No sé cómo decirles que, a pesar de lo mucho que se esfuerzan por salir del pozo, nadie, excepto yo, puede verlas.
Fotografía: Hellen van Meene.
Jo, Pilar, desde luego es un micro que te deja clavado a la pantalla. Excelente uso de la imagen del pozo y esas gemelas fantasmales. Un abrazo!
ResponderEliminarDavid, la fotografía habla por sí sola y pedía a gritos una historia así.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Besos apretados.