Sentada frente al espejo, comprobó horrorizada su decrépito rostro. De nada habían servido años de carísimos tratamientos cosméticos y múltiples cirugías plásticas rejuvenecedoras. Su piel se arrugaba y desmoronaba sin remedio. Ser la estrella más popular de la televisión la obligaba a someterse a diario a largas sesiones de maquillaje. Debía mostrarse siempre perfecta ante su público, aunque, cuando hablaba, con sus palabras maltrataba al diccionario.
Alguien le habló de un milagroso elixir de juventud y de inmediato quiso probarlo. El precio era escandaloso, pero valdría la pena si funcionaba. Sin pensarlo, se bebió toda la botella de un trago. Nerviosa, olvidó leer las indicaciones y los efectos secundarios.
Ahora, sonríe orgullosa frente a las cámaras. Es el nuevo fichaje de Cuarto Milenio.
Buen desarrollo y sorprendente final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rafael, muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarBesos.