con la seda de tu piel
en las noches sin luna
y te reconoceré.
Déjame escuchar 
el silencio de tu boca, 
labio a labio 
y saciaré tu sed. 
Abrázame las ganas
de acariciarte
con las palabras desnudas
y hasta el alba te versaré.
 

 
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