jueves, 5 de julio de 2018

EVASIÓN O VICTORIA



Se había acostumbrado a ganar siempre, pero seguía sintiéndose un perdedor. Aunque trabajaba en equipo, nunca valoraba lo que le aportaban los demás. No le importaba correr riesgos. Solo deseaba alcanzar el éxito, aunque este lo llevara al fracaso.

Para todos, él era la estrella. Lo tenía todo, salvo ilusión y alguien con quien compartirlo. Se encontraba abatido, sentado en un banco del parque, intentando encontrar el valor para acabar con su soledad, cuando un balón de fútbol rodó hasta sus pies. Tras él llegó su dueño perseguido por su madre. Le sonrió con la mirada y con voz vacilante le preguntó: ¿juegas conmigo a meter gol?

—Yo seré el portero y tú chutas ¿vale? —le respondió emocionado.

No le importó perder por goleada. Jugar aquel partido fue su mayor victoria. Desde entonces se siente tan afortunado… Ahora son tres.



Relato presentado al concurso #historiasdefútbol



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