lunes, 10 de septiembre de 2018

ÚLTIMO RECURSO


Miranda ha pasado una noche más sin dormir con el móvil en sus manos. 

Desde que llamó por primera vez al 016, activaron el protocolo por violencia de género para garantizar su seguridad. Después se puso la toga, temblando sobre sus tacones, para obtener una orden de alejamiento que él siempre quebranta. No sirve de nada. Para la justicia prevalece su presunción de inocencia a pesar de los múltiples partes de lesiones existentes. 

Ha amanecido con la fortaleza brillando en sus ojos. Ya no siente miedo. Acaricia el frío acero con el que, tal vez, la próxima vez se defenderá.



Relato publicado la II semana de Septiembre en la web solidaria
Las palabras obligadas, regalo de Susana Gisbert, Fiscal Provincial de Valencia,
y por este orden son: 
Toga - Tacones - Justicia - Inocencia - Fortaleza.



2 comentarios:

  1. Una mala persona, dañina en grado máximo, se ampara en los bordes de eso que llaman legalidad para ser una amenaza constante contra una persona inocente. La justicia por la propia mano nunca es buena consejera. Es triste que en ocasiones extremas, cuando todo falla, la legítima defensa parezca una opción, la única.
    Buen relato, Pilar.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las mujeres sienten miedo al verse desprotegidas. Demasiasas mujeres han muerto sin que nadie haga nada por evitarlo.
      Como bien dices, me refiero a casos de legítima defensa.
      Muchas gracias, Ángel.
      Besos muy apretados, amigo.

      Eliminar