Trenzando brumas de silencio
llueven gotas de otoño
salpicando la piel de la ciudad.
Se lanzan sin miedo al vacío
cansadas de ser solo un murmullo
cuando el viento roza su soledad.
De ocres, verdes y amarillos
bajo nuestros pies se arremolinan
arrastrando los restos de nuestro naufragio.
Sueños rotos tiemblan en los bolsillos
y junto a tu ausencia depositan
heridas abiertas de tan doloroso presagio.
El alma desnuda se adormece
al rescoldo de las oscuras cenizas
que laten de nuestro amor encendido.
Con tu recuerdo mi piel se estremece
si las caricias en tu abrazo eternizas
cuando el otoño las tiñe de olvido.
llueven gotas de otoño
salpicando la piel de la ciudad.
Se lanzan sin miedo al vacío
cansadas de ser solo un murmullo
cuando el viento roza su soledad.
De ocres, verdes y amarillos
bajo nuestros pies se arremolinan
arrastrando los restos de nuestro naufragio.
Sueños rotos tiemblan en los bolsillos
y junto a tu ausencia depositan
heridas abiertas de tan doloroso presagio.
El alma desnuda se adormece
al rescoldo de las oscuras cenizas
que laten de nuestro amor encendido.
Con tu recuerdo mi piel se estremece
si las caricias en tu abrazo eternizas
cuando el otoño las tiñe de olvido.
Poema presentado al Concurso de Poesía #Otoño
Es muy bonito Pilar. Te deseo mucha suerte.
ResponderEliminarBesicos muchos.
¡Muchas gracias, Nani. Me alegro mucho de que te guste! Es muy difícil, pero nunca se sabe...
EliminarBesos apretados.