sábado, 15 de febrero de 2020

REENCUENTRO



Se le aceleró el corazón en cuanto reconoció aquel lunar bajo la nuca. Había soñado tantas veces con él y, ahora, lo tenía ante sus ojos.
Aunque lo acarició solo durante unos segundos, nunca pudo olvidarlo. Con el tiempo, los recuerdos se desvanecen. Sin embargo, conservaba con total nitidez los detalles de su rostro, el aroma y la suavidad de su piel, así como, el azul transparente de su mirada. Mientras masajeaba su espalda, temblaba al escuchar su respiración. Temía descubrir que se equivocaba, que soñaba despierto.
Al terminar, ella se dio la vuelta. Aquellos ojos disiparon por completo sus dudas. Por fin, supo que no estaba loco, que no eran imaginaciones suyas. Habían pasado veinte años, pero jamás creyó a sor María. Su bebé no estaba muerto.


(Publicado en la web Microcuento.es)



Foto de Oleg Ivanov en Unsplash



8 comentarios:

  1. Qué bonito reencuentro. Ojalá tantos bebés robados y perdidos puedan llegar a la vida de sus progenitores con tanto acierto como en tu historia.
    Esperanzador relato. Un beso Pilar.

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    1. Por desgracia, nadie ha sido condenado por esto. Espero que se produzcan muchos reencuentros como este y la vida les dé otra oportunidad.
      Mil gracias, Yashira!
      Besos apretados.

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  2. Los reencuentros son lo tuyo Pilar. Se repite en tus textos. Duro.

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    1. No lo había pensado...
      Muchas gracias, Jesús.
      Besos apretados.

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  3. A veces la vida le pone a cada uno en su lugar y enmienda lo que estaba torcido, aunque solo a veces.
    Bien contado, Pilar.
    Un abrazo

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    1. Así es, Ángel. Ha sido tan doloroso para tantas familias que se merecen un final feliz.
      Muchísimas gracias, por tu comentario.
      Besos muy apretados, amigo!

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  4. Pilar, un relato lleno de sensibilidad, en el cual nos narras una historia tan real que aún nos encoge más el corazón.
    Hay marcas difíciles de olvidar y que marcan para siempre y más cuando ese recuerdo es de algo que creíamos perdido.
    Muy bueno,
    Besets al collet.

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    1. Hay heridas que nunca se cierran hasta que la vida te devuelve lo que te fue arrebatado.
      Mil gracias, Javier, por tu hermoso comentario.
      Besos muy muy apretados.

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