Cuando
empecé a ejercer, me costó adaptarme a un mundo tan estricto y complejo como el
judicial. Por allí pululaba gente muy diversa con la que no estaba acostumbrada
a tratar. Me sentía perdida en medio de aquella montaña de expedientes repletos
de papeles que no cesaba de crecer. Mi paso por el Turno de Oficio me hizo más fuerte.
No me resultó nada fácil sobrevivir en aquella jungla. Aprendí que había que
ser muy estricto con el cumplimiento de la ley para defender al inocente.
Pero
en esa ocasión, el caso en el que trabajaba era muy especial para mí. Desde el
divorcio, la pequeña Lucía vivía en una permanente pesadilla. Como abogada, lo
había intentado todo para evitar que siguiera aterrorizada, aunque, no había servido
de nada. Ella se negaba a quedarse a solas con su padre y me suplicaba entre
lágrimas que la ayudara. Verla sufrir así, me rompía el corazón. El plazo de
entrega se agotaba y temía que la resolución judicial llegase demasiado tarde.
Por
eso, señoría, no pude abandonarla a su suerte. Debía protegerla. No me
quedó otra opción —confesé. Ante la
ausencia de justicia, fue inevitable que actuase en su defensa cegada por mi
instinto maternal.
Muchas felicidades Pilar. Es muy bonito y crudo tu relato.
ResponderEliminarBesicos muchos
Pura realidad, Nani.
EliminarMuchísimas gracias.
Besos apretados.
Esa abogada llevaba su vocación al límite, eso seguro.
ResponderEliminarMerecido nombramiento. Un abrazo
Además de abogada, es la madre de la niña. Por eso, no le queda más remedio que ir más allá de la ley para salvarla de su padre.
EliminarMuchísimas gracias, Albada!
Besos apretados.
pareces ser una mujer feliz contigo y la vida Brindemos
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Brindemos!
EliminarSaludos.
Muy bueno. No hace falta ni especificar. Volteas la historia en la última palabra. Imposible adivinar el final
ResponderEliminarAbrazosss
Me alegro mucho de que se entienda bien la historia y que te haya gustado.
EliminarMil gracias por tus palabras.
Besos apretados.
Una madre lo es por encima de todo.
ResponderEliminarFelicidades, Pilar. Ya felicité a Javier.
Compartiremos libro.
Un abrazo
Una madre es capaz de todo por un hijo.
EliminarMil gracias, Ángel.
Besos muy apretados.