Cada
mañana, su marido se levantaba con la intención de morir, aunque luego, le
entraban las dudas y cambiaba de opinión. Procuraba no dejarlo nunca solo y escondía
los objetos con los que pudiera hacerse daño. Regresaba a casa con miedo, por
lo que pudiera encontrarse al abrir. ¡Menudo suplicio! Siempre vivió con el
corazón en un puño hasta que sus amenazas dejaron de importarle.
Y
la paz regresó a su vida al mismo tiempo que él recuperaba la suya meciéndose a
un palmo del suelo.
Relato escrito para el Reto 5 líneas del mes de agosto de 2022 del blog de Adella Brac.
Las palabras son: Menudo / Dudas / Abrir.
Ese final de ahorcado es estupendo. Un texto muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
Cómo me alegro que te guste, Albada. Muchísimas gracias! Besos.
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