Una luz inesperada me ha despertado en plena noche. Escucho una voz desconocida que me dice:
—Tranquilo, que he venido para ayudar.
Estoy tan dormido y desorientado, que he de hacer un verdadero esfuerzo de comprensión para entenderlo, aunque por cómo me habla, percibo humildad y compromiso.
Deslumbrado por su luz, no puedo verlo pero, cuando me acerca una bebida y un apetitoso bocadillo, acepto su oferta y le invito a sentarse a mi lado.
Me recomienda que busque refugio, debido a la ola de frío que ha congelado la ciudad.
Por mi personalidad y mis principios, he decidido seguir durmiendo sobre mi cartón.
Relato publicado la 2ª semana de septiembre en
https://www.cincopalabras.com/ )
Oh que situación tan difícil habrá llevado a esta persona a la calle. Un abrazo Pili me gustó.
ResponderEliminarHay demasiada gente sin techo que necesita ayuda. La vida, a veces, es muy dura.
EliminarMuchas gracias, Edith, por tu comentario.
Besos apretados.