Me sentía segura y a salvo si tú me cobijabas. Mis días se llenaban de luz con el color que irradiaban tus ojos. Escuchaba el tintineo de la lluvia acurrucada en tu abrazo, sin miedo a que me alcanzase la tormenta.
Pero, de pronto, aquel manso viento con el que me envolvías se transformó en huracán. Volaste veloz hacia nuevos horizontes. En tu huida me dejaste caer hecha añicos y soplaste mis cenizas sin ningún miramiento.
Ahora regresas, suave como la brisa, pero ya es demasiado tarde. Solo somos un paraguas para dos mientras llueve silencio.
Ahora regresas, suave como la brisa, pero ya es demasiado tarde. Solo somos un paraguas para dos mientras llueve silencio.
Foto: Kristina Makeeva
Pilar, nos cuentas de forma bellísima una historia de amor y desamor. De sentirse ella segura, ese abrazo, esa mirada, ese escuchar la lluvia junto a él, todo ello lo cuentas con tus bellas. Pero de igual forma tus letras nos muestran la fuerza de la tormenta. Me encanta ese vuelo veloz a nuevos horizontes.
ResponderEliminarY como siempre después de la tormenta llega la calma, pero ahora ya es demasiado tarde.La frase final es genial, esa lluvia de silencio es estruendoso, es bellísima.
Un relato redondo y bellísimo. Está envuelto en sentimientos puros y directos al corazón.
Felicidades.
Besets al collet.
Javier, tus comentarios me devuelven la confianza en mis letras, cuando tantas veces dudo de su valor. Te agradezco de corazón todas y cada una de tus palabras. Siempre tan generoso conmigo.
EliminarMil gracias, por estar siempre a mi lado.
Besets al collet.
Ese inexorable tiempo que finiquita sentimientos…
ResponderEliminarMuy bello, querida amiga…
Un placer visitarte.
Bsoss y feliz noche 😘
Ginebra, no sabes cuanto agradezco tus bellas palabras para mi relato. Está escrito a corazón abierto.
EliminarBesos apretados, amiga.
Hay un refrán que dice: "tras la tempestad llega la calma..." Ignoro si se puede aplicar al alma enamorada, pero tus versos hablan de "huracán" y no de "calma".
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Lo que arrasa un huracán no siempre se puede reconstruir, queda demasiado dañado, sobre todo cuando lo que se destruye es el corazón.
EliminarMuchas gracias, Rafael.
Besos.
Bellísimo, Pilar.
ResponderEliminarManoli, muchísimas gracias por pasar y dejarme tu hermoso comentario.
EliminarBesos apretados.
Precioso Pilar, un beso
ResponderEliminarMuchas gracias, Mireya, por tu visita y por dejarme tu hermoso comentario.
EliminarBesos apretados.