miércoles, 4 de marzo de 2020

HEROÍNAS


Un día más, vuelvo a casa con las manos vacías. Mi pequeña desconoce que hace mucho que perdí el trabajo y no sé cómo decírselo. No puedo decepcionarla. Merece una niñez feliz y creer en los sueños como los demás. Si supierais la admiración con la que me mira al llegar a casa cargada con las bolsas de comida a punto de caducar… Desde que su papá nos abandonó y se olvidó de nosotras, nunca se sintió tan segura como a mi lado. Le encanta que la abrace con fuerza al despertar y que le susurre al oído lo mucho que la quiero, que todo irá bien, que nadie podrá separarnos jamás. Cada noche leemos historias fantásticas. Aunque no se duerme hasta que me invento un cuento, donde ella es una princesa en apuros y yo soy quien la rescata de los malvados.
Entonces, en su mundo de fantasía desaparece nuestra pobreza. Ignora que ella es la que me salva a mí de la locura y de esta terrible sensación de fracaso. Dejo de sentirme una perdedora para ser su heroína.




Relato presentado al concurso Historias de #Heroínas





4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Me alegro mucho de que te haya gustado, Amapola Azzul.
      Muchísimas gracias por tu comentario.
      Besos apretados.

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