Se
me remueven sentimientos al rememorar lo sucedido ante la policía. Regresa la
pesadilla. Esa noche, mi terror tiembla entre sábanas mojadas. Los gritos de papá
retumban de madrugada reabriendo heridas. Sus golpes cobardes sobre el cuerpo
de mamá hasta que lo adormece el alcohol. Ella ahoga en lágrimas su miedo.
Y
revivo aquel amanecer. En el salón, tropiezo con los pies de mamá. Su cuerpo, atravesado
varias veces por la locura, permanece inerte sobre un charco de rojo dolor que
ya no late. El balcón, abierto de par en par. Abajo, la silueta del odio
derramándose sobre la acera.
Relato publicado en el Libro
"Escena del Crimen. Microrrelatos Policiales"
de Ángeles del Papel Editores.
Me ha producido frío... Impresiona
ResponderEliminarMe alegra saber que te llegan las emociones que yo he querido expresar con mis letras.
EliminarMuchísimas gracias, Marí!
Besos apretados.
Impacta, sin paliativos. No sé si le sucederá a más gente, pero en casos así siempre pienso que podría haber pasado lo del balcón sin tener que suceder lo primero. Hay personas que, más que dañinas, son letales.
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar
A mí me pasa lo mismo. Podía haber dejado a su familia tranquila y haber empezado por el final.
EliminarMil gracias, Ángel.
Besos apretados.
Bárbaro. Muy bueno. Impactante.
ResponderEliminarUn abrazo
Mil gracias por tus palabras, Albada.
EliminarBesos apretados.
al menos se suicida. se salvó la proxima victima.
ResponderEliminarhay algunas muy buenas metaforas
besosss
Muchas gracias, Gabiliante!
EliminarBesos apretados.