En
cuanto nos instalamos a vivir en el edificio, tuvimos que comernos a unos
cuantos vecinos, más que nada para no defraudar. Sé que debemos tener mucho
cuidado y mantener las apariencias por nuestra seguridad. A la bruja del
segundo no se le escapa nada y, desde que llegamos, nos mira mal. El dragón del
ático está que echa humo con las hadas del primero, porque aletean por su
terraza y se la dejan perdida de purpurina. El conde del tercero se descompone
y amenaza con sacar los colmillos, cuando, por la mañana temprano, los enanos
del sótano interrumpen su sueño silbando y dando golpes al trabajar.
A
nosotros, que vivimos en el bajo, nos corresponde este año la presidencia.
Estamos deseando que finalice nuestro mandato para recuperar la tranquilidad.
En esta comunidad, ¡qué difícil resulta mantener viva la fantasía!
Pues en un edifiico poblado con tales personajes, mejor no buscar acomodo :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Jajaja
EliminarMucho mejor pasar de largo...
Muchísimas gracias, Albada!
Besos apretados.
Una comunidad de vecinos de lo más entretenida y variada.
ResponderEliminarMuy divertido, Pilar.
Un abrazo
Qué bien que te haya hecho sonreír, Ángel. Muchísimas gracias.
EliminarBesos apretados.
Jajajajaja vaya vecinos¡!por cierto, yo vivo en un segundo... Jajajajaja
ResponderEliminarJajaja, cuidado con el mal de ojo.
EliminarMuchísimas gracias, Marí!
Besos apretados.