Los
zapatos de tacón de aguja duermen en su caja el sueño del olvido. Dentro del
armario, el tiempo se ha detenido en un vestido de fiesta que aguarda en la
percha mientras amarillea la etiqueta que se balancea mostrando su precio. Hace
tanto que anhelo poder lucirlo contigo en algún lugar maravilloso. Pero los
días pasan y, cada vez, me mimetizo mejor con las paredes del salón o me hundo
más en el abismo del sofá hasta volverme evanescente. Por eso no me ves cuando
regresas tarde a casa, ni tampoco sabes lo mucho que deseo acurrucarme a tu
lado y cobijarme en tu ternura. No te imaginas cómo me duele que la abraces y
la beses a ella con tanto amor.
Aun
así, tan solo espero que un día descubras mi mirada desde tu ventana y
comprendas que la luz de mi balcón permanece siempre encendida por ti.
Triste y conmovedor. Beso
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Hanna!
EliminarBesos apretados.