Mamá
no dejaba de llorar. Quería lo mejor para mí, pero se puso tan pesada que ignoré
sus advertencias. Y a cabezota no me ganaba nadie. Vestida para la ocasión, me dirigí
a la carretera. Empezaba a anochecer y no quería llegar demasiado tarde. En
medio de la oscuridad, ocupé mi sitio junto al arcén. Luego saqué la mano con
el pulgar. Ciegos de poder, aceleraban sin verme.
La
verdad es que ella tenía razón. No se puede cambiar el destino. Todo volvió a
suceder como aquella noche.
Relato escrito para el Reto 5 líneas del mes de enero de 2022 del blog de Adella Brac.
Las palabras son: Llorar / Luego / Verdad.
A las madres hay que escucharlas siempre. Nada otorga más generosidad y sabiduría que la maternidad.
ResponderEliminarBuen relato, Pilar
Un abrazo
Muchísimas gracias por pasar y comentar, Ángel.
EliminarBesos apretados.
Precioso relato Pilar!!Debemos escuchar más a nuestras Madres.Felicidades.😘🍀🌸
ResponderEliminarMil gracias por tu comentario.
EliminarBesos apretados.
Muy buena vuelta de tuerca de la leyenda de la mujer de autostop.
ResponderEliminarMe parece una genialidad. Un abrazo
Muchísimas gracias, Albada, por valorar mi relato.
EliminarBesos apretados.
Que bien construido el relato. Un abrazo
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