Habitar ese vacío
de tu mano,
ser roce sin aire
entre los dedos,
ser la desnudez
que en silencio ame.
Envolver con caricias
las palabras que tiemblan.
La piel que se estremece
con su aliento calmo.
La herida que cura
con sal de piel.
Y desnudar el alma
sin miedo.
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