Te soñé de agua
mientras me diluía
en tu piel de mar.
Te soñé de silencio
cuando enmudeció mi voz
en tus palabras bálsamo.
Te soñé de noche
si aullé a la luna
en tus brazos oleaje.
Te soñé de lluvia
tras enjugar mi llanto
en tu aliento de fuego.
Hay experincias sentimentales, amatorias o de ternura, que nos abrigan el alma.
ResponderEliminarUn abrazo