Hacía tanto tiempo que no era feliz, que había olvidado lo que era sentir mariposas en el estómago.
Nunca imaginó que un roce de manos accidental y una cálida disculpa ante un café, le devolverían un amor lleno de PASIÓN despertando su corazón aletargado. No hicieron falta palabras para su COMUNICACIÓN, bastaron un cruce de miradas brillando de EMOCIÓN y de repente su corazón comenzó a latir batiendo sus alas enamorado.
Ahora han adquirido un COMPROMISO, el de amarse siempre con un profundo RESPETO, sin olvidar lo que sintieron aquella primera vez al rozar sus manos.
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