viernes, 27 de enero de 2017

CITA A CIEGAS



Al atardecer Belinda temblaba como unas castañuelas, mientras esperaba a su cita junto al gallinero. Le habían propuesto una cita a ciegas. ¿Quién la habría citado en secreto? No tenía ni idea de quién podría ser…

Le había mandado un ramo de flores, que desprendía aquel aroma a primavera, junto con una nota que decía: “Por favor, vístete de domingo y espérame con este ramo bajo el árbol que hay en la parte de atrás de la casa. Tápate los ojos con un pañuelo. Confía en mí…”

Cuando Guille llegó allí estaba ella, brillando con su cabello y su piel bajo los rayos del sol. Aunque aquel lugar olía a gallinas, ambos se imaginaban en un prado lleno de flores que perfumaba la tarde.

Rozó suavemente sus manos, sus mejillas y tímidamente besó sus labios, a la vez que la rodeó con su abrazo. Entonces, Belinda supo que era él, Guille, el chico de sus sueños, por su aroma a lavanda que tanto le gustaba y susurró su nombre. Ambos desearon que aquel instante se eternizara…




Imagen: Alessandra Sanguinetti 
Perteneciente a la serie Las aventuras de Guille & Belinda


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