Siempre envidié la belleza de la luna. A todos atrae con su nívea luz y cuando provoca las mareas domina al inmenso mar. Cuando está llena, influye en el ánimo de las personas hasta el punto de hacerlas enloquecer y con sus cambios de ciclo, decide el momento en el que han de nacer los bebés. Es infalible con los enamorados, ante su belleza, los besos resultan irresistibles.
Tras años de admiración deseé poseer su bello rostro. Frente al espejo, he descubierto que han desaparecido mis facciones. En su lugar, he amanecido con “la cara oculta de la luna”.
Cada noche la espero desesperada. Fumando, envuelta entre volutas de humo, anhelo que todo vuelva a ser como antes mientras odio mi oscuridad al verla brillar a ella.
Hay que tener cuidado con lo que deseas…
Imagen: Tanja Jeremic
Pues sí, a veces se cumple... Buen relato.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Muchas gracias por tus palabras.
EliminarBesos apretados.
Hola Pilar, me encanta tu relato, la luna es el astro que más nos influye, nos marca como nadie el paso del tiempo, cada noche con su resplandor nos avisa del final del día. Nos recuerda lo pequeños y efímeros que somos ante su grandeza y eternidad.
ResponderEliminarMuy buen relato para hablar del paso del tiempo y lo que esperamos de la vida.
Besitos mil
Conchi, me alegro que el relato te haya gustado. A veces se nos olvida la poderosa influencia que ejerce sobre nosotros y sobre todo lo que nos rodea.
EliminarMil gracias por tus palabras.
Besos apretados.