Se acomodó la armadura sentado a lomos del dragón, comprobó que ceñía su espada al cinto y se ajustó bien el casco. Debía protegerse si se proponía volar hasta la torre más alta del castillo. La lucha para liberarla sería encarnizada, pero un caballero como él jamás abandona a su dama. Sus captores vigilaban la puerta principal preparados para responder a su embestida si llegaba a caballo, pero su estrategia de atacar por el aire los pilló desprevenidos.
La rescató de su cautiverio tras librarse de los que la custodiaban. Se encontraba de rodillas, a punto de besar su mano, cuando se cortó la wifi.
Relato publicado la IV semana de julio en la web solidaria
Las palabras obligadas, regalo del actor Antonio Resines
y por este orden son:
Dragón - Espada - Casco - Castillo - Caballo.
Jajajaj que bueno, la realidad confundida con la virtualidad...
ResponderEliminarEl valiente caballero ha resultado ser un "camelo". 😂😂😂
Eliminar¡Mil gracias, Marí!
Besos apretados.
El mundo virtual tiene estas cosas, crea figuraciones muy reales, pero solo son espejismos.
ResponderEliminarUn final muy divertido.
Un abrazo, Pilar
¡Muchas gracias, Ángel!
EliminarBesos muy apretados, amigo.