Mientras ascendía por la pendiente, los pensamientos que se agolpaban en su cabeza iban y venían a toda velocidad, como si viajasen en una montaña rusa. Con la respiración agitada y el cuerpo empapado de sudor, se repetía que debía poner tierra de por medio si quería olvidar a su pupila, pero era incapaz. Comprobó que llevaba en el bolsillo aquel retrato que le dibujó a rotulador y su collar, que encontró entre las sábanas hace unos días.
Cuando llegó junto al acantilado, su grito desgarrador desapareció en la noche, entre el rumor del mar y una estela de luna.
Relato publicado la III semana de julio en la web solidaria
Las palabras obligadas, regalo de la dramaturga Paloma Pedrero
y por este orden son:
Pendiente - Pupila - Rotulador - Collar - Luna.
Escalofriante si es lo que he entendido... Magnífico relato
ResponderEliminarEspero que sí. Un profesor obsesionado con una alumna con la que mantiene relaciones.
Eliminar¡Muchas gracias, Marí!
Besos apretados.