lunes, 29 de junio de 2020

AVE FÉNIX


Pega el ojo a la mirilla de la puerta y observa el exterior sin pestañear. Todo parece en orden. No hay ni rastro del enemigo. Aun así, sus piernas tiemblan. Su corazón arde como un volcán en erupción y convierte en humo su escasa confianza. Lleva demasiado tiempo viviendo en silencio con la razón en modo letargo. Necesita ser fuerte para recuperar el control y eso no es tarea fácil. Al menos, ahora sabe que tras la noche despierta el alba. Que fuera palpita la vida sin miedo y la brisa huele a primavera.

Toma una gran bocanada de autoestima antes de atreverse a salir a la calle. Asoma la cabeza con cautela. Está muerta de miedo, pero da el primer paso y luego, el siguiente. Poco a poco, se despoja de sus ataduras y libera esa valentía que dormita bajo su piel tatuada de cicatrices.

Se siente renacer de sus cenizas, desde que va protegida por una pulsera que posee superpoderes contra él.


(Publicado en la web Microcuento.es)


Foto de Concha Mayo en Unsplash


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