viernes, 16 de abril de 2021

MEMORIA

 

Aquel amanecer, el miedo nos amordazó a punta de pistola. Desde entonces, tuvimos que tragarnos el dolor que nos produjo la ausencia de papá. En nuestra familia se congeló el tiempo, sobre todo el de mamá, que no volvió a ser la misma. Con el alma desgarrada, nos tragamos nuestra desesperación. Guardamos silencio de puertas para fuera mientras lágrimas de impotencia y de rabia nos llovían por dentro.

Tras años de luto en el corazón, ella murió clamando justicia para él. Jamás dejó de luchar para demostrar su inocencia. Aquella herida nunca cicatrizó.  Permaneció latente en todos nosotros hasta que, una vez abierta la cuneta que lo abrigó, nos lo devolvió el olvido.



(Publicado en la web Microcuento.es)







Foto de Marina Vitale en Unsplash



4 comentarios:

  1. Demasiados muertos en las cunetas españolas, espero que alguna vez recuperen a sus muertos quienes perdieron a sus seres queridos.

    Un abrazo

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    1. Demasiadas tumbas cerradas en las cunetas, demasiadas heridas abiertas en el alma.
      Muchísimas gracias, Albada.
      Besos apretados.

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  2. Respuestas
    1. Como debe ser un microrrelato.
      Muchas gracias, Amapola Azzul.
      Besos apretados

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