Un,
dos, tres… Sus pezuñas retumban rompiendo el obligado silencio. Temblamos bajo
sábanas empapadas de miedo. Cuatro, cinco, seis… Abre la puerta. La luz
exterior proyecta su sombra agigantada y lo invade todo. Una noche más, el
terror interrumpe el descanso. Olfatea nuestra aterrorizada inocencia. Siete,
ocho, nueve… Su deseo serpentea entre las camas. Contenemos la respiración hasta
que escoge a su víctima. Diez, once, doce… Suspiramos cuando se aleja. Intentamos
retomar el sueño, pero no cesa el llanto del elegido.
Somos
conscientes de su ilimitado poder. Es imposible escapar de la bestia cuando clava
su crucifijo sobre tu espalda.
Relato Ganador del PRIMER PREMIO EN CASTELLANO en el VII Concurso de Microrrelatos de la Biblioteca Pública de Godella (Valencia) - 2021
Jo, Pilar, qué miedo. Eso es que la historia funciona, el reconocimiento lo confirma.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Muchísimas gracias por tus palabras, Ángel.
EliminarBesos apretados.
Magnífico relato con dosis de suspenso y detalles cuidados. Me ha gustado.
ResponderEliminarMil gracias por tu comentario, Noemí.
EliminarBesos apretados.
Realmente aterrador, cierto y veraz. Un premio más que merecido.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz finde
Agradezco mucho tus palabras, Albada!
EliminarBesos apretados.
Aterrador relato muy bien contado. Besos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Hanna!
EliminarBesos apretados.