Tras los párpados,
no hay estrellas
ni luna
ni universo.
Tan solo oscuridad,
una niñez
sin alas
frente al abismo,
sin red
y su inocencia
llorando
palabras rotas
de silencio.
Es una poesía que no hace más que ahondar en esas infancias desaprovechadas, hundidas, amputadas.
ResponderEliminarUn abrazo
Mil gracias, Albada!
EliminarBesos apretados.