jueves, 24 de noviembre de 2022

LAS ALAS DE AMELIA

 

A Amelia se le quedó pequeño su mundo. Se sentía perdida, vacía e insatisfecha. Aunque no se consideraba una persona sobresaliente, le sobraba audacia y tenacidad.

Cuando vio por primera vez el mundo desde el cielo, supo que había nacido para volar. La idea de ser piloto de aviones creció en su mente y no paró hasta conseguirlo. Su espíritu valiente y aventurero no se conformó con alcanzar su sueño. Ser la mujer piloto más famosa de todos los tiempos no era suficiente. Quiso ser la primera en superar cada reto. Fue pionera en atravesar en solitario el Atlántico. Después, le crecieron los sueños y ya no pudo dejar de volar. Mientras preparaba su vuelo con el Lockheed Electra, temblaba ante la envergadura de la hazaña, pero no temió lanzarse en picado hacia lo desconocido. Planeó circunvolar el globo siguiendo la línea del ecuador, junto a Frederick, su copiloto y navegante. Jamás imaginó que pudiera fracasar su sueño. Cuando Amelia desplegó sus alas sobre el Pacífico, desapareció en medio de la nada. La falta de noticias sobre su paradero conmocionó al mundo. Su familia siguió buscando la estela de misterio y eternidad que dejó tras ella. Aquella tragedia enmudeció su avión, pero la historia reconoció su valor y la excepcionalidad de su proeza.

Dicen que su leyenda naufragó en una isla solitaria rodeada de silencio. Aunque se quebraron sus alas en aquel cielo de agua y arena, nunca dejó de soñar entre nubes de espuma y pájaros de viento.



Microrrelato premiado con un Accésit por el Jurado del II Certamen Internacional de Microrrelatos "Ángeles Álvarez Arazola" - Con M de Mujer.



Fotografía de Photograph Vía Bettmann Archive/Getty Images.













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