Desde que Fernando ha descubierto cómo tele transportarse, está loco de contento, ya no sufre cada día las dos horas de atasco que le separan de su casa a la oficina y viceversa. Ahora puede vestir ropa cómoda, porque en cuanto entra por la puerta del despacho, su atuendo cambia, luce camisa, traje y corbata. Cuando finaliza su jornada laboral, al salir y encaminarse a su hogar, vuelve el pijama, la bata, las pantuflas, y en sus manos su taza de café.
Todo parecen ventajas, si no fuese porque, una vez superada la novedad, su vida se ha vuelto insoportable y rutinaria, de casa al trabajo y del trabajo a casa.
No se resigna, sigue planeando cómo escapar…
Imagen: Dreamwalking. Erik Johansson.
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