Le había costado mucho llegar hasta allí. A pesar de las múltiples heridas que sus caídas le dejaron en la piel, no desistió y siguió adelante. Ahora la persecución había terminado. Ella no era cobarde, pero le temblaban las manos. Enfocó ajustando el zoom con cuidado y disparó su cámara.
A través de ella pudo ver cómo se acercaba velozmente la bala, directa hacia su objetivo…
Foto: Noah M. Karris
Hay que ver tu manera de escribir no sólo en in co teo de palabras, si no en lo que se te venga...el mundo a tus pies mi Pilar. Un beso.
ResponderEliminarCuanto me emociona leer tus palabras. Muchísimas gracias por pasar y dejarme tu hermoso comentario.
EliminarBesos apretados.