Salí a su encuentro, en un último intento de que firmásemos la paz. La libertad no se obtiene porque lo diga un papel. La verdad es que esto no servía para nada. Él era incapaz de reconocerlo, le faltaba honradez. No aceptaba la nueva situación. Permanecía agazapado en la oscuridad como si fuera invisible, pero yo sabía que estaba allí. Notaba su aliento y escuchaba su ronca respiración amenazante. Intentaba ignorarlo, pero aquello lo enfurecía todavía más. El miedo me paralizaba por completo.
Llegamos al acuerdo de compartirlo todo al cincuenta por cien. Unos días yo sería Sara y otros Samuel.
Relato publicado la I semana de Febrero en la web solidaria
Las palabras obligadas, regalo de Carlos Osoro Sierra,
Arzobispo de Madrid,
y por este orden son:
Arzobispo de Madrid,
y por este orden son:
Encuentro - Paz - Libertad - Verdad - Honradez.
Como siempre, esos finales tuyos tan excelentes!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Cuanto me alegro, Nani, de haberte sorprendido.
Eliminar¡Muchas gracias por tus palabras.
Besos apretados.
Sorprendente final, muy bien
ResponderEliminar¡Mil gracias, Yolanda, por pasar y dejarme tu comentario.
EliminarBesos apretados.