Siempre supe de su existencia, aunque el resto de la familia se empeñase en negarlo. Durante generaciones, intentaron hacernos ver a los más jóvenes que se trataba tan solo de una leyenda. A mí no lograron convencerme. Tanto secretismo aumentó mi rebeldía y mi curiosidad. No cejaría hasta demostrarlo.
Pasaron los años y la vida sin conseguirlo, pero nunca desapareció de la lista de mis propósitos por cumplir. El mito se convirtió en parte de mí, algo inolvidable. Luego, me atrapó el olvido y regresé a la niñez.
No podía creer lo que veían mis ojos. El Rey Gaspar, majestuoso, seguía allí.
Relato publicado la II semana de Enero en la web solidaria
Las palabras obligadas, regalo del Rey Gaspar,
y por este orden son:
Existencia - Familia - Generaciones - Inolvidable - Majestuoso.
Toda es posible con la imaginación.
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar
No hay nada más poderoso.
Eliminar¡Muchas gracias, Ángel!
Besos muy apretados, amigo.
Qué bonito y tierno Pilar. Felicidades.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Cuanto me alegro que te guste, Nani.
Eliminar¡Muchas gracias por tus palabras!
Besos muy apretados.