Esa ausencia
que lleva tu nombre
al despertar.
Esa soledad
que abraza tu calor
y se desvanece.
Esa desnudez
que tirita en el alma
sin tu abrazo.
Esa nostalgia
que huele a tu piel
y besa mis labios.
Nadie es eterno.
Nada perdura.
Salvo este amor
inmarcesible.
Nada ni nadie es eterno, el amor sí puede serlo, pero no siempre, por desgracia.
ResponderEliminarPor la nostalgia bien hallada. Un abrazo
Mil gracias, Albada.
EliminarBesos apretados.