Me
gustaba su compañía, pero hace tiempo que huyeron. Cuando algo va mal, son las
primeras en abandonar el barco. Me quedé sin saber qué le pasó a aquel
antepasado suyo que viajó a la luna. En mi situación, ha sido imposible preguntárselo.
Dejé
de salir. Permanezco aquí, inmóvil y callada. Nadie me ha echado de menos, ni
el cartero, a pesar de que el buzón vomita sobres sin abrir. Hace tanto que no tengo
quien me escriba cartas… tan solo son facturas.
Hasta
que no aparezcan los números rojos, no exigirán mi desahucio. Entonces,
descubrirán que la soledad mata.
Publicación de mi relato INVISIBLE,
en el nº 7 de la Revista Valencia Escribe. Segunda era,
correspondiente al mes de febrero de 2021.
Sola y desesperada, con un desenlace final tremendo.
ResponderEliminarBueno e intenso, Pilar.
Un abrazo
La soledad es terrible.
EliminarMil gracias, Ángel.
Besos apretados.
Chulísima en su soledad.
ResponderEliminarEnhorabuena. Un abrazo grande, amiga
Muchísimas gracias, Albada!
EliminarBesos apretados.