Con cada relámpago, daba un respingo y se acercaba, cada vez más, a su cuerpo, abrazándolo desde atrás. Le encantaba escuchar el tintineo de la lluvia contra el cristal tumbado en posición horizontal y permanecer acurrucado bajo las sábanas, con la nariz escondida en su cabello negro con aroma de azahar.
Desde que ella se fue, sabía perfectamente que ya no era lo mismo. Aquel cuerpo ya no era cálido. Olía a silicona y a soledad.
(Relato escrito para Reto 5 líneas del blog de Adella Brac
este mes de Octubre las palabras son: perfectamente / horizontal / negro)
Bonito relato, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rafael por dejarme tu comentario.
EliminarBesos apretados.
Frio en la piel y en el alma.
ResponderEliminarBrisa Serena, bienvenida a mi rincón de letras.
EliminarNo hay peor frío que el del alma.
Muchas gracias por dejarme tu huella en forma de comentario.
Besos apretados.