Hay abismos
que suspiran en sueños
al llegar la noche,
caricias atrapadas
en los barrotes
del silencio.
Hay océanos
que agitan el horizonte
con luz de amanecer,
palabras desnudas
escritas a fuego en la piel
del viento.
Entonces, enmudeces
tus lágrimas.
Noches amargas de hiel y soledad, que sin embargo dejan versos prendidos en la boca.
ResponderEliminarUn abrazo
Esas noches...
EliminarMil gracias, Albada.
Besos apretados.