Mece el silencio
mi etérea seguridad
mis miedos de hiel.
Temores suspendidos
en la noche desnuda
con el corazón de arena.
Me aferro al abismo
con palabras oxidadas
en la sed de mis labios.
Cómo duele ese vacío
que escribe ausencias
en el eco de la noche.
Hay ratos en los que uno se viene abajo, con sus miedos a cuestas.
ResponderEliminarUn abrazo
Ese silencio afilado en mitad de la noche.
EliminarMuchísimas gracias, Albada.
Besos apretados.