No hay nada que silencie
el rumor de unos ojos mar
ni los versos latido
que dicta el corazón.
No hay consuelo
para un abismo soledad
ni bálsamo caricias
que calme el dolor.
Tan solo, suspiros palabra.
Imagen de Barbara A Lane en Pixabay
No hay nada que silencie
el rumor de unos ojos mar
ni los versos latido
que dicta el corazón.
No hay consuelo
para un abismo soledad
ni bálsamo caricias
que calme el dolor.
Tan solo, suspiros palabra.
El desamor es doloroso como para el niño la ausencia de su madre, ese llorar del niño que no encuentra a la madre tras ello. No hay edad para la frustración enorme del desamor.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz domingo
Menos mal que siempre nos quedará el alivio de las palabras.
EliminarMuchas gracias, Albada.
Besos apretados.