Sí
que se ven a lo lejos humaredas guerreras, señor —confirma el explorador del
regimiento a su superior—. Intentan intimidarnos. Deberíamos esperar a los
refuerzos. Nos superan en número y no contamos con armas pesadas ni fuerzas de
apoyo.
Informan
al coronel de inmediato. Este valora que la situación pinta mal, pero sus triunfos
en otras batallas dan alas a sus sueños de poder. Cree que una nueva victoria acrecentaría
su fama y le sumaría méritos ante los demás. Desoyendo sus consejos, ordena el ataque.
—Tras
una carga por sorpresa, se asustarán y huirán en desbandada como ratas —les dice
a sus oficiales, aunque desconoce la estrategia empleada por los indios en otras
batallas.
Un
golpe seco en el pecho lo derriba del caballo. Después, cuando unos dedos aprietan
con fuerza su cuello, se rinde y acepta su derrota ante el enemigo.
La
próxima vez que jueguen a indios y vaqueros, elegirá el otro bando.
Relato Finalista en el Concurso Gaya Relatos 2020
Jajajajaja que bueno... Yo jugaba con mis hermanos de niña a indios y vaqueros... 👍👏👏👏👏
ResponderEliminarQué tiempos aquellos... jajaja.
EliminarMuchísimas gracias, Marí!
Besos apretados.
Qué bonito relato Pilar, es hermoso recordar esos momentos de nuestra infancia. ¡Saludos!
ResponderEliminarQué regalo son para mí tus palabras, Kathie!
EliminarMuchísimas gracias.
Besos apretados.
jaja, pues es realmente bueno. Bien merecida la mención.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro mucho de que te guste, Albada.
EliminarMuchísimas gracias.
Besos apretados.
No hay enemigo pequeño. Las películas de indios, aunque casi siempre perdieran, nos lo contaban, como bien has contado tú esta historia, que recuerda las tardes de la infancia y a unos niños que jugaban en la calle con su imaginación como instrumento.
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar
Muchísimas gracias, Ángel.
EliminarBesos apretados.
Enhorabuena, Pilar. Que no cesen tus ataques a la imaginación para conquistar todas las historias que esperan ser liberadas y contadas con tu delicada maestría.
ResponderEliminarMil gracias, Margarita, por tus palabras.
EliminarBesos apretados.
Preciosamente contado y un final inesperado, qué bello escribes. Seguro ganará. Cariños.
ResponderEliminarMil gracias, Felisa!
EliminarBesos apretados.