Se
atreve a acercarse un poquito más al borde del abismo donde sabe que se esconde.
Aunque le asusta tanto que no puede dejar de temblar, viene dispuesto a hacerle
frente con todo lo que posee. Le arroja los cuentos que leyó cada noche antes
dormir; el balón de reglamento con el que marcó su primer gol; su colección
completa de coches de juguete; sus amigos los peluches que le infundieron valor
en la oscuridad; todos los libros de pintar y los lápices de colores con los que
iluminó su pequeño mundo. Pero no logra detenerlo.
Cuando
cree que ya no le queda nada más con lo que luchar, encuentra en su bolsillo su
fantasía y se la lanza con rabia.
Aun
así, de un zarpazo, su adulto le roba la niñez.
(Publicado en la web Microcuento.es)
Me resultó muy triste. Bien descrito y narrado.
ResponderEliminarUn abrazo
Tal vez sea porque no lo has entendido, Albada!
EliminarDale otra oportunidad.
Muchas gracias por pasar y comentar.
Besos apretados.
La adultez llega y acaba con los sueños de la niñez
ResponderEliminarEso es. Es imposible detener el tiempo...
EliminarMuchísimas gracias!
Besos apretados.
Es ley de vida y algo natural, etapas que han de pasarse, pero también produce nostalgia por lo perdido, que reflejas muy bien en esta hermosa historia.
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar
El cambio resulta inevitable y doloroso cuando nos arrebata tantas cosas...
EliminarMil gracias, Ángel, por tu bello comentario.
Besos muy apretados.